El espacio está totalmente recuperado, hay policias por todos lados y mucha vida cultural. En cada esquina había un grupito tocando, un café para sentarse, o algún tipo de intervención simpática. En esta oportunidad me topé con el Grinch de la Navidad, quien la verdad estaba muy simpático y abierto a posar para la cámara de cualquier transeúnte.
Hice una parada técnica en el lugar famoso por vender los mejores golfeados de Caracas y salí decepcionada. Le faltó anís y papelón a la masa. Lo bueno fue el queso de mano que estaba muy fresco.
Espero que disfruten un par de foticos que tomé y se animen a recorrer este boulevard lleno de sorpresas.
¡Feliz adentrado fin de semana!
Muy cómico el personaje |
El reconocido callejón de la puñalada |
Un grupito que tocaba Jazz |
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